3. METODOLOGÍA
Y PLAN DE TRABAJO
3.1.
Revisión Bibliográfica
3.1.1.
Aspectos
generales
Determinar los requerimientos hídricos del palto equivale a responder cuánto y cuándo regar. Para responder a esta interrogante es necesario, en una primera instancia, entender la función del agua en las plantas y sobre sus cosechas.
En la mayoría de las plantas, especialmente aquellas con fines hortícolas, se debe mantener un adecuado suministro hídrico para obtener máximas producciones. Las funciones del agua en las plantas que desencadenan tal comportamiento son diversas. El agua provee el medio para el transporte a larga distancia, desde las raíces hasta las hojas, de nutrientes y reguladores de crecimiento, tanto en el xilema como en el floema. La transpiración, con el efecto termorregulador del agua es sin duda el principal factor que permite el desarrollo de cultivos en zonas de altas temperaturas.
La cantidad de agua requerida para satisfacer la transpiración depende de las condiciones ambientales, del tipo de suelo y las características particulares de las plantas como son el tamaño, la edad, los niveles de producción y la estructura y distribución de las raíces (SALGADO, 1991).
Pero, sin duda, que una de las funciones más importantes del agua sobre las producciones es su participación en la composición de las mismas. Gran parte de los frutos están mayoritariamente compuestos por agua, y de ahí la necesidad de maximizar su contenido sin alterar la calidad del producto. Muchas veces uno de los factores de calidad de la fruta es su textura, la cual es dependiente entre otras cosas de la estructura del tejido, paredes celulares y presión de turgor (JONES y TARDIEU, 1998).
3.1.2. Características generales del árbol
3.1.2.1. Sistema radicular
La absorción de
agua y minerales a menudo se supone que ocurre exclusivamente por la parte más
joven del sistema radicular (ápices y pelos radiculares). Sin embargo, la
absorción por las raíces blancas y leñosas es similar, en base al área
superficial, pero más alta en las raíces blancas, en base al volumen. Ambos
tipos de raíces translocan una proporción similar de materiales y absorben
similares cantidades de agua. En el engrosamiento de las raíces, los tejidos
externos del periciclo degeneran y el diámetro de las raíces aumenta debido a
la producción de felógeno (corteza) y de xilema (madera). La absorción de las
raíces leñosas puede deberse a la presencia de lesiones. La incapacidad del
felógeno para actuar como una barrera al movimiento del agua y a los nutrientes
en las raíces leñosas, puede estar relacionado con la deposición de la suberina
en el interior de las paredes celulósicas, en lugar de estar entre la pared
celulósica como en el caso de la banda de Caspari. Así, la absorción de agua y
nutrientes, aunque es significativamente menor en las raíces leñosas,
representa un valor importante de la absorción total de las raíces ( SILVA y
RODRIGUEZ, 1995).
El sistema
radicular del palto es imperfecto en cuanto a absorción de agua. Ubicado a
escasa profundidad de la superficie del suelo, generalmente de 15 a 30 cm, se
divide en ramificaciones las cuales van asumiendo posiciones laterales. Estas
laterales primarias se dividen en su mayoría bifurcándose en laterales
secundarias, las cuales, a su vez, se vuelven a dividir, pero en ángulos más abiertos. Este sistema
de ramificación desarrolla gran abundancia de raicillas. El color de las nuevas
raíces activas es blanco (GREGORIOU, 1980).
Según WHILEY
(1990), el palto presenta una estructura radicular superficial, extensamente
suberizada, relativamente ineficiente en la absorción de agua, baja
conductividad hidráulica y baja frecuencia de pelos radiculares, lo cual puede
producir una variación diurna excesiva en el contenido de agua del árbol, lo
que puede tener como consecuencia una pérdida de frutos durante las etapas
críticas del desarrollo, como la floración. En esta etapa aumenta el área
superficial efectiva que contribuye a la pérdida de agua por parte del árbol,
factor que se une a un mayor estrés ambiental impuesto durante la primavera. Durante la etapa de segunda caída de fruta,
que en Chile ocurre a fines de marzo y durante todo el mes de abril, un buen
riego aminora el impacto del ajuste de la carga en el rendimiento final.
SHALHEVET et al., (1981) citado por BOZZOLO
(1993), estableció que los paltos absorben el 95% del agua en los primeros 60
cm en texturas finas. HERNANDEZ (1991) encontró que, bajo las condiciones de
Quillota el 80% de la población de raíces se distribuía dentro de los 30
primeros centímetros de profundidad bajo el sistema de microaspersión. Según
UGARTE (1996), bajo los sistemas de riego de microaspersión y goteo, la
densidad de raíces absorbentes medidas en árboles en la zona de Quillota, en un
suelo franco arcilloso, es mayor entre los 25 a 75 cm de profundidad. La máxima
concentración de raíces se encuentra entre los 25 a 50 cm de profundidad y,
entre los 130 a 150 cm desde el tronco, en todas las orientaciones, excepto las
norte y sur. Además encontró, tanto en riego por microaspersión como por goteo,
crecimiento de raíces bajo los 75 cm de profundidad.
Debido a la
mayor distribución superficial de las raíces absorbentes por debajo de la
cubierta de hojas, se sugiere que el sistema de riego usado debiera cubrir
entre un 50 y 70% de la superficie de la proyección de la canopia (KURTZ, GUIL
y KLEIN, 1991). De igual forma CANTUARIAS (1995), observó efectos positivos
sobre el estatus hídrico del palto durante períodos de alta demanda
evapotranspirativa, al ampliar la zona humedecida del suelo de un 25% a un 76%.
Sistemas radiculares
vigorosos, bien ramificados y con una alta proporción de raíces finas se
desarrollan sólo en suelos bien aireados.
Bajo estas condiciones las raíces menores a 2 mm pueden corresponder a
un 40% del total del volumen o peso de raíces (SALAZAR y CORTEZ, 1986).
3.1.2.2. Sistema vegetativo
Los árboles nativos de palto pueden alcanzar hasta 20 metros de altura, con un diámetro de tronco muy superior a un metro. La corteza es suberosa y agrietada, con un espesor de cerca de 30 mm y color que varía del pardo oscuro al pardo rosáceo. Las yemas pueden ser apicales o axilares. Estas últimas, en la mayor parte de los casos, permanecen en estado latente o se desprenden, de tal forma que el crecimiento del palto tiene lugar, en la mayoría de los casos, a través de yemas apicales (CALABRESE, 1992).
El crecimiento de brotes esporádicos se produce en una canopia compuesta por hojas de edades y eficiencias variables. Los repentinos crecimientos de nuevos brotes en primavera tardan casi 40 días en alcanzar la transición de polo de atracción a fuente de carbohidratos (WHILEY, 1990).
Las hojas son perennes, pero en los ambientes más fríos, y en algunas variedades, pueden ser renovadas casi totalmente en el momento de floración. Esto sucede al cultivar Hass en climas fríos (CALABRESE, 1992).
Según HERNADEZ
(1991) y TAPIA (1993), para paltos en la zona de Quillota, el desarrollo
vegetativo registra dos períodos de crecimiento claramente definidos. Los
brotes del primer período en primavera, de septiembre a diciembre, son de mayor
longitud al ser comparados con los del segundo crecimiento que crecen a fines
de verano y durante el otoño.
Pero, cuando
las condiciones bióticas o abióticas generan algún tipo de estrés, el
crecimiento de los brotes disminuye como estrategia para evitar el desarrollo
pleno del árbol ante las posibles condiciones adversas. Cuando el crecimiento de los brotes se
reduce o la expansión foliar es menor a lo normal por razones de estrés, la
síntesis de proteínas disminuye y los aminoácidos no utilizados son
catabolizados. Esto deja sin uso y a disposición amonio (NH3-NH4+).
En forma adicional, durante el período de estrés la absorción de NO3-
y su reducción a NH2, NH3 y NH4+
continúa, aumentando aún más el contenido de amonio en las hojas del palto. Las
plantas detoxifican en general el exceso de amonio a través de la biosíntesis
de arginina. Sin embargo, cuando este mecanismo falla, este compuesto se
acumula a niveles tóxicos, causando quemadura terminal foliar, necrosis del
margen, absición foliar y muerte de brotes (LOVATT, 1987).
3.1.2.1.
Sistema reproductivo
La floración es
un evento fisiológico mayor en el ciclo fenológico de los paltos, contribuyendo
con casi un 8% del total de producción de materia seca (WHILEY et al., 1988).
Las flores del palto se agrupan en racimos que se forman en la parte terminal de las ramas. Éstas son bisexuadas y tienen un pedúnculo corto y pubescente. Son pequeñas, de tal forma que en el momento de su apertura suelen medir de 1 a 1,5 cm de diámetro. El periantio aparentemente carece de corola, pero las piezas que lo constituyen están dispuestas en dos series cada una formada por tres elementos. Las piezas externas son más grandes, podría tratarse de 3 pétalos y 3 sépalos muy similares entre sí y que se denominan tépalos (CALABRESE, 1992).
El palto
presenta un comportamiento floral muy particular conocido como dicogamia
protogínea de sincronización diurna. La dicogamia implica que las partes
femeninas y masculinas maduran a destiempo. El término protogínea se refiere a
que la parte femenina (el pistilo) madura antes que la masculina (los
estambres) (GARDIAZABAL, 1998a).
Según WHILEY et al., (1988), la superficie de canopia disponible para transpiración aumenta en casi un 90% durante el período de floración y hasta un 13% del total del agua transpirada por la canopia de los paltos puede ser atribuida a las estructuras florales. Sin embargo, tanto las estructuras florales como las hojas, tienen características morfológicas y anatómicas destinadas a disminuir las pérdidas de agua. Las estructuras florales poseen estomas en la cara del envés de los sépalos y pétalos y son densamente pubescentes, aumentando con ello la profundidad efectiva de la capa límite sobre ellos. A pesar de estas características, las flores son susceptibles a déficit hídricos mayores que las hojas durante períodos de transpiración moderada, desencadenando en épocas de estrés hídrico excesivo daños irreversibles en los órganos florales, limitando con ello el potencial de cuajar fruta y su posterior retención.
Según LOVATT (1987), hasta la fecha sólo ha sido posible inducir floración en paltos usando bajas temperaturas, y no déficit hídricos. En paltos la aplicación de este estrés genera por acumulación de amonio, quemaduras de hojas y muerte de brotes. Es posible que el mecanismo hemostático de la detoxificación de amonio a través de la biosíntesis de arginina falle bajo déficit hídrico y no con bajas temperaturas, no generando arginina, la cual subsecuentemente se convierte en poliamidas como la putrecina, correlacionada positivamente con los procesos de inducción floral en muchas plantas (LOVATT et al., 1988).
En concordancia a lo anterior, CHAIKIATTIYOS et al., (1994) observaron que sólo temperaturas bajas (<25°C) y no los estrés hídricos inducen floración en paltos. Para el cultivar Hass, el punto de separación entre crecimiento vegetativo y floración es de 23°C día y 18°C noche. El estrés hídrico (potencial hídrico foliar al alba de –1.7 a –3.5 MPa) previene o disminuye el crecimiento vegetativo, pero no induce floración (LAHAV y KALMAR, 1983). Si ésta se produce por bajas temperaturas, un déficit hídrico retrasa la floración hasta que el árbol sea nuevamente regado en forma apropiada.
3.1.3.
Efectos del riego
El riego ha
sido identificado como un factor fundamental para el éxito de la producción de
paltas. Las etapas de cuaja y crecimiento temprano de fruto han sido
identificadas como críticas, debiendo evitarse los estrés hídricos (LUKE et al., 1995).
Diferentes
autores han evidenciado una variación en la producción al suministrar láminas
mayores a las utilizadas como estándares para el lugar y época en particular.
Según TOMER (1987), en una experiencia realizada durante 6 años, y sobre 3
cosechas consecutivas en la zona de Negev, Israel, observó que con una cantidad
de agua alta por riego (36 mm), lo que correspondió a 11.000 m3/ha/año,
había menos concentración de cloruros en las hojas, menos quemaduras en las
puntas de las hojas y aumento en el rendimiento acumulado con respecto a los
tratamientos de riego medio y bajo. Las diferencias relativas entre la cantidad
baja (70%), media (100%) y alta (140%) fueron mantenidas constantes durante
todos los años.
Según MEYER et al., (1990), en un
ensayo realizado en Corona (Riverside) y Cashin (San Diego), EE.UU., suministrando
el 120% de ETc (Evapotranspiración real del cultivo) no habría diferencias
significativas en la cosecha en base anual, con respecto a otros tratamientos
de riego (80% y 100%). Sin embargo la cosecha acumulada 1988-1990 se vio
aumentada con el tratamiento de 120% de ETc. Los coeficientes de cultivo (Kc)
se encontraban entre 0.35 y 0.55 y las láminas anuales para los tratamientos de
80, 100 y 120% de ETc eran 23, 28 y 32
pulgadas/acre lo que corresponde a volúmenes de 8.656, 10.537 y 12.042 m3/ha
respectivamente. En un estudio económico, que en una de sus partes analiza como
única variable el nivel de riego, los mayores retornos se obtuvieron con 100%
de ETc, considerando el altísimo costo del agua en el sur de California (150
dólares/acre-pie), que equivale en el año 2.000 a valores superiores a los US$
5.000 por ha. Mayores porcentajes de ETc no mejoraban los retornos (TAKELE et al., 1990). Esto
está dado principalmente por la eficiencia del riego en relación a la
producción. Dado que la escasez de agua se está transformando en un factor
habitual en muchas partes del mundo, la relación de kilos cosechados por unidad
de agua aplicada está tomando cada vez más importancia.
Entre 1991 y 1994, en Thornhill – Sierra, Camarillo, EE.UU., diversos bloques de riego recibieron diferentes porcentajes de ETo (de 37% a 185%), en forma semanal. Árboles con Kc mayores a 0.63 resultaron ser notoriamente mayores en relación al volumen de copa. Aquellos arboles con Kc de 0.37 a 0.5 mostraron mayores quemaduras en la punta de las hojas por sales. Con Kc inferiores a 0.63, los contenidos de cloruros eran mayores a 0.5%. No se observó diferencias en las cosechas anuales ni acumuladas. Sin embargo, los árboles con mayores Kc estuvieron altamente emboscados, y las lluvias no permitieron diferencias claras y acordes a los tratamientos en las lecturas de tensiómetros antes del verano.
Según LAHAV et al., (1992), a
mayor cantidad de agua (120% de un total sugerido comúnmente de 4.700 m3/ha),
se obtiene mayor crecimiento del tronco, mayor crecimiento vegetativo y mayores
cosechas. Una reducción de 1.000 m3/ha significa una baja en la
cosecha de 2 ton/ha, lo que corresponde a un 20% de la cosecha en Hass. Sin
embargo es importante recalcar que la experiencia se llevó a cabo en suelos
arcillosos, riego por goteo, buena calidad del agua de riego y lluvias promedio
en la temporada de 600 mm.
En Grecia,
paltos cv. Fuerte, con sistema de goteo obtuvieron como promedio 2.380, 5.530 y
8.680 m3/ha según proporciones fijas de evaporación de bandeja clase
A (ETb) de 0.3, 0.6 y 0.9 respectivamente. Estos volúmenes incluyen las
precipitaciones que variaron considerablemente en los años en estudio. Se
obtuvieron menores cosechas con valores de ETb de 0.3 que con aquellos de 0.6 y
0.9. No hubo diferencias significativas
entre 0.6 y 0.9 en relación a las cosechas. De igual forma ocurrió entre todos
los tratamientos en relación al tamaño individual de los frutos y el contenido
de aceite (MICHELAKIS et al., 1993). Sin
embargo, hay que recordar que según (LAHAV y KALMAR 1977a), los frutos de
Fuerte crecen menos que aquellos de Hass, al aumentar la frecuencia del riego,
y con ello los volúmenes aplicados. Además, las condiciones locales aportan
lluvias considerables en la época de cuaja, lo que pudo afectar el resultado de
la caída de frutos y con ello la cosecha final. Tal situación también puede ser
causa del nulo efecto sobre el contenido de aceite.
En otra
experiencia realizada en Ventura, California, 2.5 ha con árboles de 7 años
(Hass sobre Duke 7 y patrones mexicanos), regados en base a diferentes Kc, de
0.37 a 0.85, a la tercera cosecha en 1995 se evidenció una mayor quemadura de
hoja, con contenidos de cloruros sobre
0.5% en los tratamientos con Kc bajos. No se observó una buena
correlación entre agua aplicada y cosecha anual o acumulada (FABER et al., 1995).
Según FRANCIS
(1997), resultados preliminares sobre un nuevo estudio en San Diego, EE.UU.,
con datos de cosecha de los años 1993-1996 muestran un aumento de la producción
acumulada del 50% con un 130% de ETc aplicado una vez por semana en suelos
delgados con buen drenaje, con respecto a tratamientos de 90, 100 y 110% de
ETc. Con respecto a las frecuencias de riego, el aumento en producción es menor
regando cada 2 o todos los días. Tratamientos de 90%, 110% y 130% de ETc
representan 25, 30 y 36 pulgadas/acre/año, lo que corresponde a 9.408, 11.290 y
13.548 m3/ha por año.
Sin embargo, riegos excesivos, pueden ser causal de mayores daños que el causado por cualquier otra práctica agronómica, debido principalmente a que favorece la presencia del agente causal de la podredumbre de las raíces, provocada por el hongo Phytophthora cinnamomi Rands (CALABRESE, 1992), y que es conocida comúnmente como “tristeza del palto”.
La
predisposición de la enfermedad ante excesos de riego, se debe a que Phytophthora cinnamomi forma
esporangios sólo en medios líquidos a diferencia de otras especies del mismo
género. Además el medio líquido es esencial para la liberación de zoosporas
desde el esporangio, para su subsecuente dispersión, además de favorecer el
desarrollo del hongo. Este hongo ataca y penetra las raicillas de 1 a 3 mm de
diámetro (ZENTMYER, 1980 citado por DUCO, 1996). En concordancia con lo
anterior DU PLESSIS (1991) señala que en suelos pesados siempre existe el
peligro de sobresaturar las primeras estratas cuyas condiciones físicas y
químicas empeoran con el tiempo, afectando la zona donde se encuentra el mayor
número de raíces.
Pero no sólo
mayores volúmenes de agua afectan positivamente las producciones en paltos.
Según LEVINSON y ADATO (1991), paltos bajo un tratamiento de riego por
goteo “seco” probaron ser muy eficientes en el uso del agua y fertilizantes, y
no se afectaron por períodos de estrés en relación a tratamientos “húmedos” por
goteo y microaspersión. Produjeron un
64% más de fruta que el tratamiento con sobreriego, y un 47% más que un riego
por microaspersión. Los volúmenes aplicados fueron 8.940, 12.290 y 12.390 m3/ha
para los tratamientos secos por goteo, húmedo por goteo y control con
microaspersión respectivamente. Sin embargo, estos resultados están íntimamente
ligados al tipo de riego por goteo, conocido como riego intermitente. Riegos
diarios de 20 minutos cada hora, logran
aumentar la aireación del suelo, disminuir la percolación, y con ello
aumentar la densidad radicular y su eficiencia, logrando reducir la pérdida de
agua y nutrientes.
La aplicación
de este sistema de riego en un huerto comercial dependerá de la capacidad
técnica del agricultor para mantener el sistema funcionando continuamente,
situación cuestionada en muchas partes del mundo.
Según WHILEY et al., (1986), un
fenómeno conocido como anillo del pedúnculo (“Ring neck”) estaría relacionado
con períodos de estrés hídrico durante el desarrollo del fruto. Este desorden
fisiológico se manifiesta como una lesión corchosa en la unión del pedicelo y
el pedúnculo, pero puede ocurrir entre el pedicelo y la unión con la fruta, o
donde el pedúnculo se une a la rama, siendo todos estos sitios lugares
naturales de absición.
Si el agua es
un elemento restrictivo en la etapa de cuaja y crecimiento inicial del fruto,
se establecerá una fuerte competencia entre estos y las hojas. El resultante de
tal evento es que las hojas extraerán el agua del fruto, deshidratándolo a tal
punto, que este abortará (LAHAV y KALMAR, 1992).
3.1.4.
Coeficientes de cultivo
Distintas tasas
de evaporación para paltos han sido recomendadas dependiendo de la localización
y época del año. Según LUKE et al., (1995), Lahav
y Kalmar (1983), obtuvieron valores de ET/ETo entre 0.39 – 0.54. Adato y
Levinson (1988) 0.46 – 0.64, Kalmar y Lahav (1977) 0.43 a 0.6, Whiley et al., (1988) 1.0
–1.2, Luke 1.2 y Paulin 1.0 –1.2 Slabbert (1981) 0.6 y 0.92. Coeficientes de
cultivo para árboles adultos han sido calculados para la zona de Corona,
California de 1987 a 1990, obteniéndose un máximo de 0.55 y un mínimo de 0.35.
(MEYER et al., 1990). Sin embargo, pueden producirse errores en
los riegos de hasta 190 mm en una temporada, cuando se usan coeficientes de
cultivo desarrollados bajo una condición específica, en climas o
administraciones prediales diferentes (JAPTAP y JONES, 1989).
Según BOZZOLO (1993) en base a un
análisis de láminas aplicadas a 2 huertos de paltos cv.Hass y datos
meteorológicos se estimaron coeficientes de cultivo para la zona de Quillota.
Coeficientes de cultivo cercanos a 0.50 durante primavera, 0.65 durante el
verano y 0.55 hacia otoño se asociarían a buenas producciones. Sin embargo,
reconoce que las condiciones particulares de cada uno afectan directamente los
valores, imposibilitando la determinación de coeficientes confiables. Datos
correspondientes a dos cuarteles de paltos
cv. Hass en Huerto California Ltda. entre los años 86 y 92 muestran
volúmenes promedio anuales de 5.460 y 9.298 m3/ha, con desviaciones
estándar de 1.620 y 1.615 m3/ha respectivamente.
3.1.5. Evapotranspiración
3.1.5.1.
Penman-Monteith
El método de
Penman-Monteith es aceptado por la FAO desde el año 1996 como un estándar para
determinar la evaporación de referencia de los cultivos por sobre otros métodos
descritos en el artículo FAO N°24 (GUROVICH, 1998). Para la estandarización de
ciertos parámetros de la ecuación de Penman-Monteith, fue necesaria la
redefinición de ETo, como la tasa de evapotranspiración de un cultivo
hipotético de 12 cm y una resistencia fija de su canopia de 70 s x m-1
y albedo 0.23, cuya evapotranspiración
se asemeja a la de una extensiva superficie de pasto verde de altura
uniforme, crecimiento activo, superficie completamente sombreada y sin
limitaciones de agua (SMITH, 1992).
El método de
Penman modificado FAO-24 estima valores de ETo un 20 a 40% mayores que el de
Penman-Monteith. Comparaciones entre bandejas evaporimétricas clase A y el
método de Penman-Monteith para ETo han dado correlaciones satisfactorias para
evaporaciones totales de 3 o más días, siempre que los coeficientes de bandeja
sean confiables. Los coeficientes de bandeja son muy dependientes del medio
local, y deberían obtenerse comparando los datos de ésta con los de
Penman-Monteith. Si las condiciones
climáticas son estables en la zona en particular, es posible estimar
coeficientes de bandeja a partir de datos de ETo de estaciones cercanas. En
áreas donde datos climáticos no estén disponibles, las tablas FAO-24 pueden
servir de guía para seleccionar los coeficientes apropiados (CHIEW et al., 1995; SMITH,
1992).
Según VAN ZYL
(1987), la ecuación de Penman-Monteith
no es mejorada al ajustar ésta a la estabilidad atmosférica, pudiendo ser usada
con confianza en el manejo de programación de riegos.
3.1.5.2.
Bandeja evaporimétrica
A pesar de existir muchos métodos para estimar la evaporación potencial, el uso de la bandeja evaporimétrica seguirá teniendo validez, dada su sencillez de operación, su bajo costo y la utilidad de los datos que entrega. Es así, como por ejemplo en Israel, país reconocido por su tecnificación del riego, la bandeja evaporimétrica ocupa aún un sitial importante en todo el sistema de planificación de riegos. Sin embargo, la información de evaporación debe ser tratada con cautela. Errores significativos se pueden obtener producto de bandejas no estandarizadas y/o de las condiciones de instalación. La alteración del entorno inmediato de la bandeja ha sido reconocido como uno de los mayores factores de variación (HOWELL, 1983).
Según BOSMAN (1987), existen diferencias significativas entre bandejas sobre césped, suelo desnudo y piedras. Las evaporaciones de instalaciones sobre suelo desnudo y piedras excede siempre a aquella sobre pasto. Así mismo las bandejas con rejillas protectoras evaporan un 19% menos, pues la acción de la malla protectora tiene efecto sobre todos los factores ambientales, entre ellos el viento y la humedad relativa sobre la superficie del agua.
La evaporación medida, usando un coeficiente de bandeja adecuado, puede ser altamente confiable, especialmente para períodos promediados mayores a 7 días (HOWELL, 1983).
Errores marcados pueden aparecer al usar la evaporación de bandeja en una base diaria. Esto se debería a la gran cantidad de energía termal acumulada en el agua durante el día, que junto a bajas velocidades del viento y menor presión de vapor durante la noche, alterarían a la bandeja durante las horas de la tarde y la noche (VAN ZYL, 1989 ; BOUGHTON, 1987).
Hay que recordar que los coeficientes de bandeja dados por DOORENBOS y PRUITT (1986), sólo son válidos para bandejas clase A galvanizadas, pintadas anualmente de color aluminio tanto en su interior como exteriormente y sobre una base de madera. Si la bandeja es de metal Monel, o galvanizada sin pintura, los coeficientes de bandeja debieran reducirse en un 5 %. En general, el agua debiera mantenerse limpia, no afectando la turbidez mayormente sobre ETb. Sin embargo, la contaminación con residuos oleosos debe ser evitada a toda costa (JENSEN et al., 1990).
Según DE FINA (1985), en experiencias realizadas durante varios años en Córdoba, Argentina, se pudo constatar que los principales factores que actúan sobre la evaporación de bandeja son el material del recipiente, nivel sobre el suelo y diámetro, entre otros. Por lo tanto, la única forma de hacer los datos comparables es adoptar el mismo tipo de evaporímetro usado en todo el mundo. Aunque la representatividad de la evapotranspiración potencial dada por las bandejas evaporimétricas se cuestionan muchas veces, hay que recordar que un porcentaje importante del error se debe, a la mala recolección de los datos, condiciones de instalación y mantención de la misma (JENSEN et al., 1990).
De igual forma, el material de la base de la bandeja genera diferencias significativas en una base mensual. En una base anual las diferencias mensuales se anulan, no generando varianzas significativas. No existen diferencias manifiestas entre bandejas galvanizadas y aquellas pintadas de color aluminio, siempre sobre la base estándar de madera (BOSMAN, 1987).
Del mismo modo, según DOORENBOS y PRUITT (1986), habrá poca diferencia en la ETb cuando las superficies interna y externa estén pintadas de blanco, pero se puede ver aumentada al pintarlas de negro. La turbidez del agua no repercute en los datos de evaporación en más de un 5%. Sin embargo, es aconsejable mantener el agua en buenas condiciones para no afectar el poder reflectante o sus propiedades físicas y así obtener datos más representativos de ETo.
Con respecto al tratamiento químico del agua para evitar el crecimiento de algas, sólo hay reducción de la evaporación con sólidos disueltos, en el orden del 1% por cada 1% de incremento en la gravedad específica, hasta que la precipitación se produzca en 1,3. Sin embargo, este comportamiento es errático, encontrándose reducciones del 1,5% en aguas con un 30% y 100% (saturado) de NaCl. El tratamiento con sulfato de cobre 1 mg x l–1, tiene el mismo porcentaje de reducción en base a la gravedad específica antes mencionada, y no tiene mayor influencia en la evaporación en base anual.
Debido a la gran variedad de bandejas evaporimétricas usadas en todo el mundo y a la falta de datos de los variados entornos cercanos del lugar de instalación, no es posible relacionar correctamente todas estas posibilidades entre sí. Se sugiere mantener la cubierta de césped sólo en lugares en donde esto sea posible sin riego. En regiones áridas debiera mantenerse la cubierta de suelo desnudo. Además debe evitarse el uso de piedras trozadas alrededor del evaporímetro, y sólo utilizar bases de madera tratada (BOSMAN, 1987).
3.1.6. Registros de humedad de suelo
3.1.6.1.
Sonda de neutrones
Hoy en día,
recientes avances en tecnología han logrado desarrollar sistemas de monitoreo
de humedad de suelo altamente precisos. El aspersor de neutrones es un avanzado
equipo para este propósito, que ha sido usado en múltiples experiencias de
relaciones hídricas con muy buenos resultados (INTERNATIONAL ATOMIC ENERGY
AGENCY, 1996).
La medición del contenido de humedad por medio de la dispersión de neutrones ha sido utilizada en investigaciones por más de cuarenta años. Desde aquel entonces las sondas de neutrones han sido mejoradas tanto en portabilidad, programabilidad, peso y tamaño, como también se han perfeccionado los detectores y fuentes radioactivas, las que son cada vez más pequeñas y seguras.
3.1.6.1.1.
Teoría
Las sondas de
neutrones son fuentes de neutrones rápidos, que se mueven radialmente en torno
a la fuente radioactiva. A medida que los neutrones rápidos pasan a través de
la materia, estos interactúan con los núcleos y son dispersados al azar. Los
neutrones no tienen carga eléctrica y pueden perder energía sólo por
interacciones con núcleos. Cada colisión entre un núcleo resulta en la
transferencia de energía desde el neutrón al núcleo. A este proceso se le llama
“termalización de neutrones”, por la conversión de la energía cinética
(velocidad) en energía térmica (calor) que tiene lugar. La transferencia de
energía depende del número de colisiones y la masa atómica del núcleo chocado.
Un neutrón rápido pierde mayor cantidad de energía en cada colisión mientras
menor sea la masa atómica del núcleo chocado. La probabilidad estadística de
que se produzca una colisión está relacionada con el concepto de “sección
transversal de dispersión” o STD, que en un núcleo es el área proporcional a la
probabilidad de colisión entre él y el neutrón (SALGADO, 1996).
La relación
entre el contenido de humedad en el suelo y los neutrones termalizados está
dada por una curva de calibración. Para la mayoría de los suelos minerales los
equipos traen calibraciones. Para condiciones especiales o resultados más
precisos es conveniente realizar una calibración propia.
Algunos
factores que pueden afectar la calibración del aspersor son: contenidos de
materia orgánica mayores al 5%, presencia de sales con altos contenidos de
Boro, Litio, Cloro y Fierro, y mediciones a menos de 18 cm de la superficie, lo
que podría generar el escape de algunos neutrones y no permitir su registro (DE
SANTA OLALLA, 1993). Para este último caso en particular puede usarse la sonda
bajo una cubierta de polietileno. En suelos con humedades cercanas a Capacidad
de Campo, el radio de influencia es de 15 cm variando a 60 cm en suelos secos
(cercanos al punto de marchitez permanente). Por otro lado, salinidades del
suelo sobre 100 meq/l tienen un efecto bajo sobre las mediciones (GRISMET et al., 1995).
Según ELDER y
RASMUSSEN (1994), la medición del contenido de humedad con sondas de neutrones
requiere calibraciones particulares para el sitio de interés. La calibración es
función del diseño de la sonda, las propiedades geológicas del material y la
geometría de la perforación de acceso. El diseño de la sonda involucra la
potencia de la fuente, el tamaño y composición de la fuente radioactiva, y la posición
del detector en relación a la fuente. La geometría de la perforación involucra
el diámetro del tubo, el material y la densidad y tipo del material de relleno
del espacio entre el tubo y la perforación. Por su parte las propiedades del
material involucran hidrógenos en formas diferentes al agua, la presencia de
compuestos absorbentes de neutrones como el boro, la densidad aparente y
temperatura del medio.
Para el acceso
de la sonda a la profundidad deseada, es necesario hacer perforaciones que
disturben el suelo lo menos posible, para poder instalar los tubos de acceso de
la sonda en suelo representativo al entorno.
Es importante
evitar los espacios de aire entre el tubo y el suelo. Tubos plásticos deben ser
descartados debido a la alta dispersión de neutrones. Los tubos deben ser de
aluminio u otro material con baja STD, como el hierro galvanizado, que es
resistente, durable y más económico que aquellos de aluminio (EVETT y STEINER,
1995).
Para la
calibración es conveniente tomar
muestras de suelo de tubos, en un sitio húmedo (capacidad de campo) y otro
seco. La muestra debe tomarse sin disturbar el suelo, puesta en un recipiente
impermeable y sellado. Luego debe ser pesada, puesta en un horno a 105°C por 48
hr y vuelta a pesar. Se determina la densidad aparente para así obtener la
humedad volumétrica del suelo (EVETT y STEINER, 1995).
La precisión de
la sonda de neutrones para estimar el contenido de humedad es maximizada al
reducir la magnitud de la varianza total, la cual tiene tres componentes: Error
del lugar, involucrando el error de tubo a tubo, error de calibración y error
del instrumento. En la mayoría de los lugares, el error por concepto de
ubicación puede ser disminuido aumentando el número de tubos. El error por
efecto del instrumento es insignificante en los equipos modernos, lo que deja
al componente de calibración como factor limitante. Muchas de las sondas vienen
con calibraciones de fábrica, pero estas deben ser verificadas en el suelo en
particular (Mc KENZIE et al.,
1990), siendo preferidas las de terreno (GRISMER et al.,1995).
Puede ser
aconsejable sellar los tubos en su base, para evitar la entrada de agua al
tubo, que pueda dañar la sonda. El conteo de 16 segundos es adecuado debido a
la precisión de los equipos. Al aumentar el número de tubos por sobre 10, se
obtienen mejoras significativas en la precisión, pero el costo de instalar y
monitorear éstos deben ser considerados. Por ello el uso de 3 tubos por sector
es adecuado en la mayoría de los casos (Mc KENZIE et al., 1990; IRRICROP, 1998).
Según OSMAR et al., (1992), al aumentar el número de
mediciones de 1 a 2 por profundidad (lo que equivale a aumentar el número de
tubos), aumenta la precisión en la determinación del contenido volumétrico de
humedad en un 30%. El aumento en la precisión es menor con cada medición
adicional. Luego de la quinta medición, la reducción adicional es de un 4%.
Bajo mediciones
de 16 segundos por profundidad y estratas de 30 cm, las lecturas de la sonda no
detectan efectivamente cambios en la humedad volumétrica del suelo para
períodos menores a algunos días o una semana. Este error en la determinación de
agua contenida en el suelo en profundidad fue reducido linealmente al disminuir
el grosor de las estratas a analizar, es decir, al dismiuir la distancia entre
mediciones. Al aminorar la distancia de
las mediciones de 30 a 10 cm, disminuyó la varianza de la medición de la
humedad volumétrica para la estrata en cuestión en un factor de 9 (OSMAR et al., 1992).
Según RIUS
(1996) y (IRRICROP, 1998), las profundidades típicas a tomar por una sonda de
neutrones para el manejo y planificación de riegos son de 20, 30, 40, 60, 80,
100 y 120 cm. Mediciones a estas profundidades en conjunto con 3 registros por
semana reducen en la mayoría de los casos los aportes de agua a los cultivos
debido a una mejor planificación del riego, reduciendo a su vez, los excesos de
agua que finalmente no quedan a disposición del cultivo.
Según GRISMER et al., (1995), las sondas de neutrones no son
recomendadas para suelos arcillosos, y las curvas de calibración presentadas en
la literatura están invariablemente incorrectas. Esto, debido al
resquebrajamiento y contracción del suelo adyacente al tubo, factor que afecta
significativamente la calibración lineal de los suelos arcillosos. El error por
esa causa puede representar hasta un 30% de las estimaciones. Al momento de
evaluar los tubos de acceso, el principal error en contenido de humedad es la
variación de la curva de calibración. Para un conjunto de tubos la variación
local o variación espacial es el error dominante.
Debido a la
pérdida de neutrones en la superficie, es recomendable no incluir este dato en
las curvas de calibración. Sin embargo, el caso debe ser analizado en forma
particular, tratando en lo posible de incluir esta estrata cuando las
condiciones lo permitan. Por otro lado, muestras de suelo tomadas para obtener
el contenido de humedad del mismo tubo de acceso durante su instalación y
muestras recolectadas fuera de este tubo, dan calibraciones distintas, pero errores
en el contenido de humedad y coeficientes de regresión similares. Sin embargo,
la toma de muestras al momento de la perforación parece ser la forma más simple
y correcta de obtener datos para la calibración. De igual forma el uso de
curvas de calibración individuales por tubo, u otras generales, dependen del
nivel de exactitud que se desee. El beneficio de usar curvas generales es dar
más significancia estadística, debido al mayor número de observaciones usadas
(GRISMER et al., 1995).
La utilización efectiva
de la sonda de neutrones, para el estudio de balances hídricos, está sujeta a
procedimientos correctos de su uso por parte del operador, en especial si los
datos de evapotranspiración serán utilizados en períodos menores a una semana.
Algunos procedimientos para mejorar su precisión son: dividir el suelo en
horizontes relativamente delgados (con 10 cm como probable mínimo), tomar
múltiples lecturas para una misma profundidad y/o aumentar el tiempo por
lectura. A pesar de los inconvenientes de los procedimientos, y del consumo de
tiempo producto de la no automatización de las lecturas a diferentes
profundidades, y la limitante que esto significa para los estudios de balances
hídricos, el aspersor de neutrones continuará siendo usado como componente en
estos estudios (OSMAR et al., 1992).
Sin embargo, según MOUTONNET et al., (1998), el reciente desarrollo de sondas de neutrones automáticas ha simplificado el proceso de adquisición de datos lo que abre un nuevo horizonte en los estudios hídricos.
3.1.6.1.2. Radioactividad
Un elemento
inestable o radioisótopo, es llamado radioactivo cuando decae a un estado
estable, entregando energía en el proceso. Una radiación es ionizante cuando
tiene suficiente energía para sacar a un electrón de su órbita. Hay cuatro
tipos de radiaciones ionizantes de interés: Alpha, Beta, Gamma, y
Neutrones. La luz del sol, microondas,
radio, etc., son radiaciones no ionizantes.
La partícula
Alpha está compuesta por dos protones y dos neutrones y su carga eléctrica es
+2. El poder de penetración es pequeño, siendo frenada por la piel del cuerpo o
una hoja de papel.
La partícula
Beta tiene la misma masa y carga eléctrica que un electrón y proviene de un
átomo inestable. Viaja algunos metros en el aire y es detenida por madera o una
delgada capa de aluminio.
La radiación
Gama está compuesta por ondas electromagnéticas, y es capaz de viajar cientos
de metros en el aire. Es detenida por una gruesa capa de concreto o plomo.
Los neutrones
tienen masa, pero carecen de carga eléctrica, siendo por ello muy penetrantes.
Un neutrón puede pasar a través de un cuerpo sin ser detenido, entregando parte
de su energía cinética en la piel y en los órganos internos. Viaja cientos de
metros en el aire y es detenido por varios centímetros de agua o concretos especiales.
La vida media de un material radioactivo es el tiempo que toma en perder la mitad de su energía. Dos tipos de material radioactivo son usados en detectores de humedad, el Cesio-137 y el Americio-Berilio-241, con vidas medias de 30 y 458 años respectivamente (CPN, 1997a).
3.1.6.1.3. Seguridad
Cuando únicamente los rayos X eran conocidos por el hombre, la exposición a este tipo de rayos fue definida en Roentgens. Sin embargo este término ya no es usado, pues no tomaba en cuenta los efectos biológicos de la radiación. Fue reemplazado por el RAD, y luego por el rem (Roentgen dose Equivalent with respect to Man). Un hombre está expuesto a fuentes naturales y artificiales de radiación continuamente. Por ejemplo, una persona que vive en una casa de concreto en la latitud 22° 30’(Calama), ve televisión 4 horas al día, vuela en avión 10 veces al año, y debe tomarse una radiografía al año, recibe 250 mrem (mili-rem). La Organización Mundial de la Salud, OMS ha impuesto límites ocupacionales de 5.000 mrem por año, con un máximo de 100 mrem semanales. Para las extremidades del cuerpo, el límite es diez veces mayor.
La radiación de las fuentes
radioactivas de Cesio-137 y Americio-Berilio-241 cuando están expuestas, es
decir cuando están fuera del blindaje, son de 3,3 y 3,41 mrem/hora
respectivamente. Cuando la barra de la fuente se encuentra en posición de
seguridad (dentro del blindaje), la dosis de todo el cuerpo a un metro de
distancia es de 0,5 y 0,3 mrem/hora
Luego, un
operador de una sonda de neutrones que emplea la sonda 2 horas al día, 5 días a
la semana y durante 50 semanas de trabajo al año, recibe 150 mrem, lo que
corresponde al 3% de la máxima dosis anual permitida (CPN, 1997a).
La posesión y
uso equipos de este tipo, está regulado por leyes relacionadas con
radioactividad particulares de cada país. En Chile, el responsable del
desarrollo de la ciencia y tecnología nuclear del país, y que atiende los
problemas relacionados con la producción, adquisición, transferencia,
transporte y uso pacífico de la enegía nuclear es la Comisión Chilena de
Energía Nuclear (CCHEN, 1997).
3.1.6.2.
Tensiómetros
Las medidas
directas en campo del potencial mátrico pueden efectuarse únicamente con
tensiómetros. Estos dispositivos también pueden emplearse para calcular el
contenido hídrico del suelo (KRAMER, 1974).
Se acepta
mayoritariamente que la frecuencia de los riegos se determina por el nivel de
agotamiento del agua en la zona de mayor actividad radicular. Estos niveles son
variables dependiendo del tipo de suelo, sistema de riego, profundidad de
raíces, entre otros factores. En
general se ha establecido que el límite de agotamiento hídrico durante el
período crítico será de un 30 a un 60 por ciento del agua aprovechable. Estos
límites corresponden a potenciales mátricos de entre -25 a -50 KPa en suelos de texturas finas y -30 a -40 KPa en los
de texturas gruesas. Regando con estos niveles se obtienen producciones y
calidad de fruta aceptables y hay una reducción importante en la severidad de
los ataques de Phytophthora (DU PLESSIS,
1991; LAHAV y KALMAR, 1983). Según VUTHAPANICH et al., (1995), árboles regados al alcanzar
los -20KPa tuvieron el doble de cosecha en base mayormente a número de frutos
que aquellos regados a los -70KPa.
Según
VILLABLANCA (1994), las tensiones mátricas en el suelo entregadas por
tensiómetros reflejaron claramente que aquellos puntos con mayores cambios,
tienen su justificación en la acción conjunta de las raíces absorbentes y la
demanda evaporativa de la atmósfera.
Según
MICHELAKIS et al., (1993) el crecimiento
radicular es mayor con contenidos volumétricos de agua de 20 a 30%, lo que
correspondió a potenciales mátricos del suelo de -5 a -30KPa para el suelo en
estudio.
La utilidad de
los tensiómetros en el control y
planificación de riego ha sido ampliamente tratada para paltos por LAHAV
y KALMAR (1976; 1977a; 1977b; 1983);
WHILEY et al., (1986); DU
PLESSIS (1991); LEVINSON y ADATO (1991); SALGADO (1991); CARRASCO (1996) y DUCO
(1996), entre otros, razón por la cual su uso como instrumento no necesita
mayor justificación. Tanto en SudÁfrica, como en otros países productores de
paltos, la herramienta más utilizada para el riego, son los tensiómetros.
3.1.7. Temperatura de Suelo
La
conductividad térmica del suelo es función de las propiedades del material sólido,
la textura del suelo, distribución y tamaño de poros, contenido de humedad y
temperatura del medio. Así, los flujos de calor ocurren por conducción a través
de las partículas sólidas, el agua presente – como capas continuas sobre las
partículas – y el aire en los poros del suelo. En las tres texturas de suelo,
arenoso, limoso y arcilloso, la conductividad térmica no aumenta
significativamente en el rango de
contenido de humedad volumétrico bajo (<0,10 cm3/cm3),
posiblemente debido a que las capas de agua sobre las partículas de suelo son
de apenas unas pocas moléculas.
Luego se
produce un rápido aumento de la conductividad, por cada unidad de agua
adicionada, para nuevamente disminuir la tasa al alcanzar contenidos cercanos a
la saturación. La cantidad necesaria
para formar capas de agua conductoras de calor depende de la superficie
específica de las partículas, que es función a su vez del tamaño y forma. Las
partículas de arcilla tienen una superficie específica mayor que las partículas
de arena, luego requieren mayor cantidad de agua para producir las capas del
grosor necesario. El aumento en la conductividad térmica por unidad de agua
proporcionada, es mayor en suelos de texturas gruesas que en aquellos de
texturas finas (SEPASKHAH y BOERSMA, 1979).
Temperaturas de
suelo inapropiadas o no-óptimas, pueden afectar las raíces, generando una
aparente restricción hídrica a la parte aérea. Muchos estudios han demostrado
relaciones entre la absorción de agua, crecimiento vegetativo y temperatura de
suelo. También se ha descrito la dependencia de la temperatura en la absorción
de agua por las raíces de las plantas, en términos de viscosidad del agua,
coeficiente de permeabilidad osmótico de las membranas y tasa de absorción de
solutos. Por otro lado, la conductividad de las raíces no es sólo función de la
temperatura, pero la relación varía entre especies, y es influida por
adaptaciones propias de éstas (FELDHAKE y BOYER, 1986).
Según FELDHAKE
y BOYER (1986) hay una relación entre la radiación solar y ETc al variar la
temperatura de suelo. Se observó que al aumentar la temperatura de suelo, se
incrementaba la pendiente de la correlación entre la radiación solar y ETc como
también el coeficiente de correlación R2. Al analizar las
temperaturas de canopia, se observó que estas eran inversamente proporcionales
a ETc, el cual es un indicador que señala que, a mayores ETc implican mayor
enfriamiento del follaje. Para la experiencia realizada se observó una
disminución en la temperatura de canopia, a medida que se aumentaba la del
suelo de 13 a 21°C. Este comportamiento indicaría, como lo han demostrado
varios estudios, que la resistencia hidráulica es menor para plantas con raíces
“tibias”, que para aquellas con raíces “frías”.
Según WHILEY et al., (1987) el crecimiento
radicular se ve significativamente disminuido con temperaturas inferiores a
13°C. Las mayores tasas de crecimiento de raíces se obtienen entre los 18 y los
23°C. De igual forma, el crecimiento vegetativo se ve aumentado, con
temperaturas de suelo superiores a 13°C. Luego, según WHILEY et al., (1990), con un
aumento progresivo de las temperaturas del suelo al avanzar la primavera y el
efecto ejercido por la brotación y floración sobre la activación del sistema
radicular, se produce un aumento en la capacidad de absorción de agua.
Según ZAMET
(1995), en una experiencia bajo condiciones controladas, una variación inicial
en primavera de las temperaturas ambientales de 17°C día/10°C noche a 21°C
día/14°C noche aumentan en un 150% la materia seca de las raíces en paltos
Hass. Sobre 21°C día/14°C noche la actividad radicular diminuyó. También se
encontró correlación entre la temperatura de suelo a 30 cm con la producción
nacional de paltas en Israel. Durante los 27 años en estudio, la máxima
diferencia en temperatura de suelo fue de 5°C para el mes de marzo (inicio de
primavera). Luego, suponiendo que una diferencia de 4°C aumentó un 150% la
actividad radicular, un incremento en la temperatura de 1,5°C podría
aumentar ésta en un 50%. Esto sería
especialmente importante en un momento crítico como es la floración y formación
temprana del fruto, aumentando el abastecimiento de agua demandado por el árbol
y la absorción de nutrientes para favorecer la cuaja. En concordancia con lo
anterior, PLOETZ, (1991), se refiere a la correlación encontrada entre el
desarrollo radicular y la temperatura del suelo. Uno de los manejos que puede
afectar la temperatura del suelo superficial a comienzos de primavera es el
riego.
Finalmente, la
temperatura del suelo también tiene un efecto directo sobre el desarrollo de Phytophthora cinnamomi, hongo que crece
activamente entre los 15°C hasta los 30°C, con un óptimo para la infección y
crecimiento de 21°C a 24°C (COFFEY, 1991). Ésta condición de temperatura se
presenta en nuestro país en los meses de verano, meses en que hay gran cantidad
de raíces finas susceptibles a la infección por el hongo.
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3.3.
PROYECTO
3.3.1.
Ubicación
El proyecto realizado en la Parcela La Invernada, comuna de Nogales, provincia de Quillota, V Región (32°50’ Sur y 71°13’ Oeste), se llevó a cabo entre el mes de marzo de 1997 y el mes de abril del año 2000.
3.3.2. Caracterización del sector de estudio
3.3.2.1.
Clima
El predio se
encuentra inserto en el agroclima Quillota, ubicado en el sector poniente del
Valle del Aconcagua, latitudes 32°50’S a 33°10’S, constituyendo un clima muy
local dentro de la zona. El régimen térmico de esta zona se caracteriza por una
temperatura media anual de 15,3°C, con una máxima media del mes más cálido
(enero) de 27°C y una mínima media del mes más frío (julio) de 5,5°C. El período
libre de heladas aprovechable es de 9 meses, de septiembre a mayo. La suma
anual de temperaturas base 10°C es 1.900 grados-día. Las horas de frío, de
marzo a noviembre llegan a 500. La temperatura media mensual se mantiene sobre
10°C. El régimen hídrico se caracteriza por una precipitación anual de 437 mm,
siendo el mes de junio el más lluvioso con 125 mm. La evaporación máxima en diciembre es de 7,07 mm/día y la
mínima es en junio con 1,2 mm/día (NOVOA et
al., 1989). La humedad relativa de la zona es más bien
alta, siendo uniforme a lo largo del año (entre 67 y 83%), presentándose
mayormente en los meses de invierno (83%) y durante las primeras horas de la
mañana (MARTINEZ, 1981).
3.3.2.2.
Suelo
El suelo sobre
el cual se realizó la experiencia pertenece a la serie Calera, que es miembro
de la Familia franca fina, mixta, térmica de los Typic Haploxerolls (Mollisol).
Es un suelo sedimentario de origen aluvial, muy profundo, de textura franca y
de color pardo oscuro en la matriz 7.5 YR en profundidad. El substrato aluvial
está constituido por gravas redondeadas de composición petrográfica mixta.
Ocupa una posición de terraza aluvial remanente y más alta que los suelos que
lo rodean. Es un suelo de permeabilidad moderada y bien drenado. El pH en los
primeros 40 centímetros es de 8.2 y la conductividad eléctrica es de 0.7
mmhos/cm. De los 40 a los 110 cm de profundidad es frecuente encontrar pH de
7.7 a 7.8, y conductividades eléctricas de 0.5 a 0.6 mmhos/cm. La ubicación
característica de la serie es 100 metros al sur del camino internacional y en
la salida poniente de la ciudad de La Calera (CIREN, 1997).
El rango de
variaciones de la serie comprende una profundidad efectiva de entre 60 a 110
cm. El drenaje varía de bien drenado
hasta imperfecto, y la pedregosidad superficial desde libre de ella hasta
moderada, cual es el caso del predio La Invernada. El primer horizonte presenta
dos texturas, franca y franco arcillo limosa, de estructura de bloques
subangulares medios a finos, débiles a moderados. En el segundo horizonte la
textura es fundamentalmente franca y ocasionalmente franco arenosa muy fina. En
el tercer horizonte la textura varía entre franco arcillo limosa a arcillo
limosa, con estructura de bloques subangulares medios a finos, moderados a
débiles. En el cuarto horizonte la textura varía entre franco arcillo limosa a
franco arenosa muy fina y el color es pardo oscuro a pardo amarillento oscuro
en el matiz 10 YR, el valor varía entre 3 y 4, y el croma entre 3 y 4 (CIREN,
1997).
Las características propias del suelo del predio se muestran a continuación, en la descripción de una Calicata hecha sobre uno de los camellones de los paltos en estudio:
Profundidad Descripción
0 – 30 cm Pardo oscuro (10YR 3/3) en húmedo; textura franca con piedras y gravas abundantes, ligeramente plástico y adhesivo, muy friable en húmedo; estructura de bloques subangulares, medios, moderados. Raíces finas y medias abundantes; actividad biológica abundante.
30 – 60 cm Pardo oscuro (10YR 3/2) en húmedo; textura franca con piedras y gravas abundantes, ligeramente plástica y adhesivo, muy friable en húmedo; estructura de bloques subangulares, medios, moderados. Raíces finas escasas y medias comunes.
60 – 90 cm Pardo oscuro (10 YR 3/2) en húmedo; textura franca a franco arenosa con piedras y gravas abundantes, ligeramente plástico, muy friable en húmedo; estructura de bloques subangulares, medios y finos, débiles. Raíces finas inexistentes y medias muy escasas. Límite ondulado, claro.
90 – 130 cm Sustrato aluvial que incluye estratas de textura franco arenosa y areno francosa, de colores pardo oscuro y pardo amarillento oscuro y estratas de gravas redondeadas con matriz arenosa. Ausencia de raíces.
Estas características se asemejan en mayor grado a las de la variación CAL-4, que corresponde a la fase de textura superficial franca, ligeramente profunda, plana, bien drenada y con ligera pedregosidad. Se clasifica en:
Capacidad de
Uso :IIIs0 Clase de Drenaje :5
Categoría de
Riego :2s Aptitud Frutal :C
Erosión :0 Aptitud
Agrícola :3
En análisis de
suelo del sector en estudio, arrojó porcentajes de arcilla, limo y arena de
26.80, 22.70 y 50.50% respectivamente. Según HONORATO (1993), este suelo se
clasifica con textura de franco arcillo arenosa.
Los resultados
analíticos, arrojan los siguientes resultados:
Parámetro Contenido Expresión
PH 8,16 -
Conductividad
Eléctrica 1,79 mmhos/cm
Materia
Orgánica 1,33 %
Nitrógeno 14,11 ppm
Fósforo 21,37 ppm
Potasio 109,68 ppm
Cobre 5,12 ppm
Zinc 3,20 ppm
Manganeso 75,20 ppm
Fierro 23,20 ppm
Se obtuvo la
curva característica de humedad para las profundidades equivalentes a la
ubicación de los tensiómetros; éstas son 30, 60 y 90 cm desde el nivel del
suelo (FIGURA 1).
FIGURA 1. Curva característica de humedad para el
suelo. a 30, 60 y 90 cm de profundidad.
Las muestras de
densidad aparente, como las utilizadas para obtener los datos que relacionan
tensión con humedad, se calcularon de unidades de suelo no disturbadas de
variados tamaños. A 30, 60 y 90cm de profundidad las densidades aparentes del
suelo resultaron ser 1.61, 1.7 y 1.8 gr/cm3 respectivamente.
De los datos entregados por las curvas características de humedad y los datos de densidad aparente para todo el perfil del suelo, es posible determinar, que la capacidad estanque del suelo en los primeros 70 cm es de 161 mm y que un agotamiento del 30% del agua aprovechable representa 28 mm. De igual forma el contenido de agua en todo el perfil analizado por la sonda de neutrones (hasta los 130 cm) es de 298 mm y un agotamiento del 30% del agua aprovechable representaría una lámina de reposición de 52 mm. En el CUADRO 1 se aprecia un resumen de las características del suelo en relación a la retención de humedad.
CUADRO 1. Contenidos
de humedad expresados como láminas en diferentes estratas y sus porcentajes de
agotamiento con respecto a la humedad aprovechable.
|
Contenido de
humedad en mm |
Porcentaje de
agotamiento de Humedad aprovechable (H.A.) |
||||
Estrata |
Total |
H.A. |
20% |
30% |
50% |
60% |
0-30 |
70 |
41 |
8 |
12 |
20 |
25 |
0-50 |
116 |
68,1 |
14 |
20 |
34 |
41 |
0-70 |
161 |
94 |
19 |
28 |
47 |
57 |
0-130 |
298 |
174 |
35 |
52 |
87 |
104 |
Todos los
valores están expresados en milímetros.
3.3.2.3.
Agua
El agua de
riego se obtiene de un pozo somero, a orillas del río Aconcagua. Las
características físico químicas del agua se presentan a continuación:
Nutriente Contenido Expresión
pH 7,29 -
Conductividad
Eléctrica 0,67 mmhos/cm
Calcio 3,95 meq/l
Magnesio 1,33 meq/l
Sodio 1,20 meq/l
Potasio nsd meq/l
Sulfatos 2,57 meq/l
Bicarbonatos 3,60 meq/l
Cloruros 0,81 meq/l
N-NO3- 0,20 meq/l
N-NH4+ 0,03 meq/l
Cobre nsd ppm
Zinc 0,01 ppm
Manganeso nsd ppm
Fierro nsd ppm
Fosfatos 0,005 meq/l
Boro 0,21 ppm
Los resultados arrojados por el análisis de agua, no presentan ninguna contraindicación sobre el cultivo del palto, pues cumple con una conductividad eléctrica menor 0.75 mmhos/cm, menos de 2.8 meq/litro de cloruros y menos de 0.2 meq/l de Boro (GARDIAZABAL, 1998b).
3.3.3. Material experimental e
infraestructura
3.3.3.1.
Árboles
El ensayo se
realizó en un cuartel de paltos, (Persea
americana Mill), cultivar Hass, plantados en 1992, a una distancia de 6
metros entre hileras y 6 metros sobre hileras. Los árboles están sobre
camellones de 0,8 metro de profundidad. Tanto la ubicación de dispositivos de
medición, como la elección de árboles para las mediciones, se basó en árboles
homogéneos, tanto en tamaño, vigor, sanidad y producción. Esta uniformidad se
debe entender como relativa, debido al patrón de tipo franco y a las
características que este confiere a la variedad.
El sector se
encuentra en un Piedmont con una pendiente de 4 a 5%. Los tratamientos
conforman bloques de 35 a 50 árboles. El análisis foliar de marzo de 1998
indicó niveles normales para todos los nutrientes, excepto para Boro, que se
presentó bajo.
Nutriente Contenido Expresión
Nitrógeno 2,14 %
Fósforo 0,13 %
Potasio 1,50 %
Calcio 1,42 %
Magnesio 0,40 %
Cobre 33,0 ppm
Zinc 50,0 ppm
Manganeso 153,0 ppm
Fierro 216,0 ppm
Boro 24,65 ppm
Sodio 0,15 %
El huerto en la
temporada 97-98 presentó una cosecha alta, encontrándose en un marcado
añerismo. La curva de producción del huerto hasta el presente ensayo, se
entrega a continuación:
Año Kilos/hectárea
1992 2.418
1993 3.058
1994 7.506
1995 5.838
1996 23.140
1997 3.506
1998 33.255
1999 1.391
2000 30.000 (proyectado)
Para el
análisis del crecimiento vegetativo, se escogieron 5 árboles por tratamiento,
de los cuales se midieron 4 ramas vigorosas en cada una de las posiciones
cardinales. Los datos se analizaron bajo el modelo de diseño de análisis de
varianza unifactorial.
Para el
análisis del perímetro de los troncos, se analizaron todos los árboles bajo
estudio, comparando el perímetro medido a comienzos del ensayo y una vez
terminado el ensayo en abril de 2000. Los datos se analizaron bajo el modelo de
bloques completamente al azar.
3.3.3.2.
Sistema de
riego
Un sistema de
riego presurizado se instaló especialmente para la experiencia. Se diseñó para
posibilitar el riego simultáneo de hasta 3 bloques de riego o unidades
experimentales. Los emisores corresponden a
microaspersores autocompesados de 55 l/h, con un gasto aforado de 48 l/h
en el rango de los 20 a 35 m.c.a. El diámetro de mojamiento es de 5,5 metros.
3.3.3.3.
Equipos de registro
3.3.3.3.1.
Estación
meteorológica
El equipo
consiste en una estación Campbell Scientific Inc, modelo Weather Watch 2000.
Fue utilizado para registrar en forma diaria datos sobre humedad relativa, temperatura
del aire, precipitación, radiación solar, velocidad y dirección del viento, con
el objetivo de estimar la evaporación de referencia (ETo) por medio del
programa computacional PC120 y ETpro adaptado especialmente para la estación.
Estos funcionan con cualquier PC compatible y bajo ambiente DOS. La ecuación utilizada para obtener el valor
de ETo es la de Penman-Monteith. Posteriormente se actualizó este programa por
una versión de ambiente WINDOWS, llamado WINDS, de Weathernews inc. Las
condiciones de instalación de la estación cumplen con todos los requisitos para
permitir la correcta toma de datos meteorológicos (CAMPBELL SCIENTIFIC Inc.,
1998; TEJOS, 1998).
3.3.3.3.2.
Aspersor de
neutrones
El equipo es
una sonda de aspersión de neutrones, Modelo 503DR HydroprobeÒ de CPN International Inc.,
ampliamente utilizado en estudios hídricos en el mundo (INTERNATIONAL ATOMIC
ENERGY AGENCY, 1996) . Para la evaluación de los datos se utilizó el
programa “PRXM” en su versión en
español llamado “La sonda” de Irricorp T. Pty Ltd. El programa permite procesar los datos de humedad del suelo,
determinando el consumo de agua por la planta a diferentes profundidades,
conocer las cantidades efectivas de riego y lluvia, determinar el drenaje,
entre otras funciones.
En cada bloque
de riego, correspondiente a un tratamiento, se dispusieron tres tubos de
aluminio de 50 mm de diámetro y 1,5 metros de largo, a una profundidad de 140
cm. Los tubos quedaron situados a 1,5 metros del tronco del árbol sobre la
línea de plantación, lo que corresponde al 50% del recorrido del radio de
mojado del emisor. Cada tubo tiene una tapa inferior soldada y hermética de aluminio para prevenir el ingreso de agua
en caso de que un exceso de aguas lluvias hiciese subir las napas freáticas.
Todas las
mediciones se realizaron en la mañana, al igual que BAZZA y TAYAA (1996). Estas
acontecían en conjunto con las lecturas de tensiómetros. Debido a que la toma
de datos exigía como mínimo 3 horas (25 minutos por tratamiento), se siguió
siempre el mismo orden de los tratamientos, para anular el efecto de consumo
diferencial de agua por parte de la planta según aumenta la demanda evaporativa
a través del día. Este factor
fundamental debe ser considerado, debido a que no todos los cultivos tienen el
mismo patrón de consumo diario de agua (IRRICROP, 1998).
3.3.3.4.
Tensiómetros.
Se utilizó un
total de 36 tensiómetros marca Irrometer Inc.
A cada unidad experimental se le instaló una batería de tensiómetros de
30, 60 y 90 centímetros. Se utilizaron como medida comparativa al aspersor de
neutrones, ya que es en base a éstos se realizan los programas de riego en
muchos de los huertos de palto en Chile.
La instalación se realizó al lado opuesto del microaspersor en el cual
se dispusieron los tubos de acceso para la sonda de neutrones.
3.3.3.5.
Bandeja evaporimétrica
Según DOORENBOS
y PRUITT (1986), las dimensiones de una bandeja clase A, corresponden a una
cubeta circular, de 121 cm de diámetro y 25,5 de profundidad. Es de hierro
galvanizado (calibre 22) y está montada en una plataforma de madera abierta y
el fondo está a 15 cm sobre el nivel de la tierra. El suelo llega hasta 5 cm
del fondo de la cubeta que está en forma horizontal. Contiene agua cristalina,
que llega hasta 5 cm del borde, y el nivel del agua no baja a más de 7,5 cm con
respecto al mismo. La cubeta está pintada de color blanco.
El sitio donde
se encuentra la bandeja está rodeado por una rejilla metálica de 1,8 metros de
altura a una distancia 2 metros del evaporímetro. Para evitar que las cubetas
sean utilizadas por pájaros como bebedero, se dispuso de un recipiente lleno
hasta el borde, cerca del evaporímetro.
Las bandejas utilizadas normalmente en los huertos de paltos en Chile, tiene algunas características distintas tanto en el material de la bandeja y a las condiciones de instalación. El material corresponde a metal monel de 2 mm con bordes y uniones de 5 mm, se instalan sobre una base de concreto de 10 cm. El apoyo de madera de entre el concreto y el evaporímetro es de 7 cm. La estructura de madera no permite una circulación completa de aire bajo la cubeta. A raíz de esto se decidió disponer otra bandeja, con todas las características que la hacen estándar, adyacente a la inicial.
3.3.4. Metodología de trabajo
En el primer
año, el experimento consistió en 12 tratamientos de riego, que corresponden a
un 90, 100, 110 y 130% de la evaporación de cultivo (ETc), con 3 frecuencias distintas, las cuales son
diarias, dos veces por semana y una vez por semana. Esto significó el establecimiento de 12 parcelas experimentales
con un mínimo de 16 árboles medibles cada una, en las cuales se probó durante
este primer año la combinación de 3 frecuencias y 4 láminas de riego
diferentes.
En la segunda temporada se eliminaron las
frecuencias, haciendo el riego en base al agotamiento parcial del agua en el
suelo, con el objeto de hacer más racional las cantidades de agua a aplicar y
evitar riegos demasiado prolongados o muy pequeños según la época del año, como
se observó en la primera temporada del ensayo. Por lo tanto, se trabajó sólo
con las 4 láminas de riego diferentes, que son en definitiva las que marcarán
el uso consumo del agua y responsable de las mayores o menores producciones en
el huerto.
El suelo hasta
los 70 cm, que es donde se encuentra el 95% de las raíces, posee una capacidad
de retención de 94 mm de agua aprovechable, como se vio en las muestras de
suelo donde se obtuvo la densidad aparente. Si se considera la aplicación
práctica sugerida por (DU PLESSIS, 1991) en huertos de paltos, no es
conveniente que esta lámina utilizable se deprima en más de un 20 o 30%, lo que
representa 19 y 28 mm respectivamente.
Si se agrega
a esto que las evaporaciones potenciales pueden sobrepasar en los meses
estivales los 40 mm semanales, indican claramente que hay disminuciones en los
potenciales mátricos en los riegos semanales en los meses de diciembre y enero,
especialmente en los 2 ó 3 días anteriores al día de riego. Por lo tanto, se
trabajó con 23 mm, esto significa que cada vez que se llegaba a esta lectura se
hacía el riego, así por ejemplo, en pleno verano se regó hasta 2 veces por
semana, teniendo frecuencias menores en las épocas de evaporación más escasa.
La condición de
déficit hídrico se produce cuando la velocidad de pérdida de agua por el
cultivo impuesta por la demanda evaporativa de la atmósfera, es mayor que la
velocidad de flujo de agua desde la masa del suelo hacia las raíces de la
planta. Luego, la frecuencia de riego debe basarse en el balance entre
velocidad de pérdida de agua por parte de la planta y aporte hacia las raíces.
Esto sugiere la conveniencia de la aplicación de una frecuencia de riego
variable, lo que requiere el uso de un indicador práctico en condiciones de
campo. El tensiómetro es una opción adecuada para este tipo de control
(GUROVICH, 1985).
3.3.5. Planificación del riego.
La
planificación del riego, y por consiguiente los volúmenes a aplicar por riego
se calcularon en una primera instancia en base a una bandeja evaporimétrica
Clase A. Las mediciones eran tomadas todos los días a las 8 de la mañana. Cada
uno a dos meses se repuso completamente el agua luego de lavar la bandeja,
teniendo la precaución de usar agua con aproximadamente la misma temperatura,
proveniente de un tanque de almacenaje abierto, que se mantenía cerca del
evaporímetro. En los meses de verano, para combatir el crecimiento de algas,
durante cada cambio se añadió una pequeña cantidad de sulfato de cobre diluido
(DOORENBOS, 1976). La dosis fue de 1 mg/l (BOSMAN, 1987) correspondiente a 233
mg para el volumen de la cubeta.
Los coeficientes
de bandeja utilizados inicialmente fueron aquellos recomendados por DOORENBOS y
PRUITT, (1986). Debido a que las condiciones particulares se ajustaban a
cubetas sin cubierta herbácea – suelo desnudo y seco, donde la distancia a
barlovento del barbecho de secano es de 10 metros, con humedades relativas
altas (>70%), y con vientos débiles (<175 km/día) el coeficiente Kb
utilizado para los meses de invierno (abril a agosto) fue de 0.8 (DOORENBOS y
PRUITT, 1986) Esta condición se da en
el valle de Quillota entre los meses de abril y agosto aproximadamente. Para
los meses de primavera-verano, cuando para la misma condición los vientos
aumentan (175-425 km/día) el coeficiente Kb es 0.7.
Luego, el valor
de coeficiente de bandeja (Kb) se ajustó en base a la siguiente ecuación:
donde ETo = Evapotranspiración potencial (En este
caso según Penman-Monteith)
ETb =
Evaporación de bandeja
Kb =
Coeficiente de bandeja
La
planificación de los riegos se ejecutó por medio de un programador de riego
marca TORO, con cuatro programas independientes. Todos los tratamientos se
programaban con 16 horas de anticipación. Cada día, luego de la medición de
bandeja, se ajustaban los tiempos de los
tratamientos según correspondía.
La organización básica fue la
siguiente:
·
PROGRAMA A: Riegos diarios. Tratamientos 1, 2, 3 y 4
correspondientes a 90, 100, 110 y 130% de ETc respectivamente.
·
PROGRAMA B: Riegos dos veces por semana, días miércoles y
sábado. Tratamientos 5, 6, 7 y 8 correspondientes a 90, 100, 110 y 130% de ETc.
·
PROGRAMA C: Riego semanal, el día lunes. Tratamientos 9 y 10 con
90 y 100% de ETc.
·
PROGRAMA D: Riego semanal, el día jueves. Tratamientos 11 y 12
con 110 y 130% de ETc.
Durante el 2º
año del ensayo se ajustaron las frecuencias de riego a la evaporación
existente, usando básicamente la misma programación que el primer año. Cada
programa es capaz de controlar 15 válvulas solenoides en forma sucesiva. Las
distintas láminas se aplicaron variando el tiempo de riego para cada sector.
Los aumentos de
presión ocasionados por la superposición y desface de bloques se mantuvieron
dentro de los límites permisibles por medio de la capacidad reguladora de cada
microaspersor autocompensado y reguladores de presión dispuestos en cada bloque
de riego, obteniéndose coeficientes de uniformidad bajo todas las condiciones y
para todos los bloques de riego, superiores al 95%.
Las láminas a
agregar se obtuvieron de la siguiente ecuación:
donde: ETc = Evapotranspiración real del cultivo (mm/día)
ETo = Evapotranspiración
potencial (mm/día)
Kc = Coeficiente de
cultivo
3.3.6. Determinación de la absorción radicular
El equipo de
neutrones fue utilizado para medir la variación en el contenido de humedad del
suelo a diferentes profundidades y para poder determinar el modelo de
extracción de agua de las raíces del palto. Las profundidades desde la cima del
camellón fueron 20, 30, 40, 60, 80, 90, 100 y 120 cm.
Paralelamente
se realizaron mediciones con tensiómetros a tres profundidades distintas con el
fin de tener un punto de comparación con las lecturas efectuadas con el
aspersor de neutrones.
Las mediciones
de la sonda de neutrones se registraron en la unidad de conteos (conteos de
neutrones termalizados), dado que de esta forma es más ágil el procesamiento de
los datos. Todas las lecturas tuvieron una duración de 16 segundos en
concordancia a la satisfactoria precisión que se alcanza (CPNb, 1997; IRRICROP,
1998).
Las parcelas se establecieron en
una superficie de 1,8 hectáreas plantadas con paltos Hass de 6 años (ver
Figura2).
FIGURA
2. Esquema del
Sector de Ensayo.
1
Sector |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
7 |
8 |
9 |
10 |
11 |
12 |
Arboles
totales |
40 |
44 |
43 |
42 |
42 |
41 |
36 |
36 |
43 |
45 |
48 |
52 |
Arboles
bajo Tratamiento |
16 |
16 |
16 |
16 |
16 |
16 |
16 |
16 |
16 |
16 |
16 |
16 |
Tratamiento Primer
año |
90 % c/1 |
100% c/1 |
110% c/1 |
130% c/1 |
90 % c/3 |
100% c/3 |
110% c/3 |
130% c/3 |
90 % c/7 |
100% c/7 |
110% c/7 |
130% c/7 |
Tratamiento
Segundo
año |
90% |
100% |
110% |
130% |
90 % |
100% |
110% |
130% |
90 % |
100% |
110% |
130% |
Los tratamientos fueron
distribuidos al azar entre los 12 bloques de riego
Los tubos de acceso para la sonda
de neutrones fueron distribuidos al azar dentro de un bloque entre árboles bajo
un solo tratamiento.
3.3.7. Determinación de los
coeficientes de cultivo
Los
coeficientes de cultivo utilizados durante el ensayo y que eran los usados en
esos años en los huertos de paltos comerciales en Chile, fueron los siguientes:
Mes Kc
Enero 0,65
Febrero 0,60
Marzo 0,55
Abril 0,55
Mayo 0,50
Junio 0,45
Julio 0,40
Agosto 0,50
Septiembre 0,55
Octubre 0,55
Noviembre 0,55
Diciembre 0,65
Estos valores
fueron considerados como adecuados para una primera aproximación a los
coeficientes reales, evitando déficit muy marcados en los tratamientos de 90%
de ETc y excesos de riego, con las consecuentes asfixias radiculares y posibles
ataques de Phytophthora en los
tratamientos de 130%.
Para poder
determinar el Kc real, se utilizó una estación meteorológica computarizada la
cual proporciona la evapotranspiración de referencia por medio del método de
Penman-Monteith. Dado que Kc = ETc/ETo, se utilizará el método del balance
hídrico (Eq1) que requiere mediciones periódicas del contenido de
humedad en la zona de las raíces, el registro de las precipitaciones,
aplicaciones de riego y evacuación por drenaje.
(Eq1): ETc = R + P – D – ES ± DH
Donde:
ETc = Evapotranspiración
del cultivo
R = Riego
D = Drenaje
P = Lluvias
ES = Escurrimiento
superficial
DH = Humedad del suelo en el período
Las variables
se expresan en mm/día
Debido a que el
riego en el presente ensayo fue por microaspersión, y que el agua efectivamente
no escurre superficialmente durante los períodos de riego fuera del sector en
estudio, el escurrimiento superficial se consideró nulo. La variación en el
contenido de humedad se obtuvo de la diferencia correspondiente a los
contenidos de agua volumétricos del suelo entre dos mediciones en un intervalo
de tiempo determinado.
3.3.8. Temperatura de suelo
Para establecer una relación
entre la temperatura del suelo a 15 cm de profundidad, con distintos
tratamientos de riego, se instaló un termómetro de suelo por tratamiento. No
hubo repeticiones, razón por la cual no se realizó un análisis de varianza.
A pesar de no tener respaldo
estadístico, se midió la temperatura de suelo a 15 cm de profundidad, en cada uno de
los tratamientos dos veces por semana en la mañana, para poder tener una pauta
del comportamiento de la temperatura de suelo bajo diferentes regímenes de riego,
y poder compararlo con trabajos anteriores.
El proyecto tiene una duración de
2 años, comenzando en el mes de mayo de 1998. El período fue dividido en 3
etapas, la primera etapa (Etapa 0), consistió en la recopilación de antecedentes
bibliográficos, la instalación del sistema de riego, la adquisición e
instalación de equipos y preparación del personal. En la etapa 1, se realizaron
riegos con distintos volúmenes y frecuencias a cada uno de las parcelas
experimentales, dándose inicio a las primeras mediciones en el mes de junio de
1999, para luego de tener registradas las observaciones de un año completo
poder hacer la primera evaluación preliminar de resultados. También durante
esta etapa se realizó la primera cosecha de fruta del sector experimental,
siendo esta fruta sometida a un proceso independiente a la cadena normal de
comercialización para poder realizar la correcta cuantificación de la cosecha.
Después de finalizada la Etapa 1,
se realizó un replanteamiento del estudio, con el fin de descartar algunos
parámetros que se revelaron poco importantes durante la etapa 1, y agregar
algunas que se mostraron importantes y no fueron consideradas en el
planteamiento del ensayo. Así fue que se determinó eliminar las frecuencias de
riego, tal como se explicó en el punto 3.3.4.
A partir del mes de julio de
1999, se inició a la Etapa 2 del ensayo, que consiste en la repetición del
primer año de ensayo con el fin de corroborar y completar la información
obtenida en la Etapa 1.
El principal problema presentado
fue el retraso en la entrega de los equipos por parte de los proveedores. Esto
hizo que la etapa de Preparación del ensayo en vez de ejecutarse completamente
durante el mes de mayo (duración: 1 mes), se terminara el día 20 de junio; por
lo tanto la etapa 1 comenzó a ejecutase durante el mes de julio.
Además al inicio de la Etapa 1,
se presentaron problemas con la operación de los instrumentos, entre ellos se
encuentra que para poder utilizar plenamente el potencial de la estación
meteorológica fue necesario comprar un software adicional que permitiera operar
con los datos obtenidos, además fue necesario reestudiar la calibración del
suelo para realizar mediciones con el aspersor de neutrones, ya que la curva de
calibración enviada por el fabricante no se adaptaba a nuestras condiciones.
Respecto a la planificación de
los riegos el mayor problema se tuvo al comparar la Evaporación de Referencia
entregada por la Bandeja Evaporimétrica con aquella entregada por la estación
meteorológica automatizada (Evaporación de Referencia según Penman Monteith),
ya que la diferencia entre ambas era superior a lo esperado, especialmente en
los meses de otoño e invierno y al relacionar esto con el contenido de humedad
del suelo (según tensiómetros y aspersor de neutrones) se llegó a la conclusión
de que los valores de coeficiente de Bandeja (kb) obtenidos a través de
bibliografia y que son los que tradicionalmente se han usado en Chile, no se
adecuaban para aportar los niveles de agua requeridos por las plantas, esto
llevó, a modificar el sistema de planificación de los riegos.
3.4.
Manejos realizados en el
ensayo
3.4.1. Fertilización
Toda la fertilización puesta en
los dos años del ensayo, ha sido con nitrógeno, en base a Urea y con Boro en
base a Acido Bórico, en las siguientes épocas y dosis:
Enero 1999 : 40 K de Nitrógeno/ha
Fines Abril 1999 : 120 K de nitrógeno/ha
Octubre 1999 : 60 K de nitrógeno/ha
60 K de Acido Bórico/ha
Enero 2000 : 120 K de nitrógeno/ha
Fines de Abril 2000 : 45 K nitrógeno/ha
3.4.2.
Control de malezas
El control de malezas se hace en
forma química, poniendo los siguientes productos y dosis que a continuación se
detallan:
Mayo 1998 : 3,3 K/ha de Gesatop 90%
Octubre 1998 : 1,5 litros de Roundup/ha y 0,6
litros de MCPA 750/ha
Marzo 1999 : 1 litro de Roundup/ha y 0,4 litros de MCPA 750/ha
Mayo 1999 : 3,3 K/ha de Gesatop 90%
Octubre 1999 : 1,5 l. de Roundup/ha, 0,6 litros
de MCPA 750/ha y 1 K/ha de Amizol 90%
Marzo 2000 : 1 litro de Roundup + 0,4 litros de MCPA 750/ha
3.4.3.
Poda
Se realizó una poda de apertura
de calles, eliminando entre un tercio y la mitad del follaje, una vez terminada
la cosecha de 1998, lo que sucedió entre fines de septiembre y comienzos de
octubre de ese año. Luego se procedió a dimensionar y sacar del huerto toda la
madera gruesa, que tuviera 5 cm de diámetro o mayor. La segunda poda se llevó a
cabo antes de la floración de 1999, se eliminaron todas las ramas de los
árboles que estaban orientadas hacia el centro de las calles, con el objeto de
abrirlas y permitir el buen funcionamiento de las abejas (que no trabajan en
zonas poco iluminadas) y así obtener una buena polinización y cuaja.
3.4.4.
Abejas
Todos los años, se ubican 10
colmenas de abejas/ha, poniendo un 50% de ellas al inicio de la floración
(Septiembre) y el otro 50% en plena floración (octubre).
3.4.5.
Cosecha
La cosecha del ensayo es mucho
más dificultosa que una cosecha normal, ya que se debe ir cosechando cada árbol
por separado e ir depositando la cosecha en cajas de 20 kilos de capacidad, las
que luego son vaciadas a bins plásticos de 400K si la cosecha es abundante (por
ejemplo las cosechas de 1998 y posiblemente la del 2000). El rendimiento por
persona en este sistema, no supera los 250 kilos por día.
3.4.6.
Otros
Desratizado: Una vez terminada la
cosecha y una vez al año, se procede a desratizar el sector, ya que en los
canales (el predio está atravesado por dos canales) hay una gran proliferación
de roedores, que cuando las paltas alcanzan el tamaño de cosecha, son atacadas
por estos roedores, provocándoles pequeñas comeduras (a muchas frutas), que
posteriormente van al descarte.
Vigilancia: Uno de los
principales problemas del palto es el robo, que implica una serie de métodos de
defensa, como cercos vivos con Acacia
capensis, perros y por supuesto vigilantes durante 3 a 4 meses al año.